Resumen de “Por amor a la señorita Blandish" de Ramón Díaz Eterovic | Cuento policial

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RESUMEN de “Por amor a la señorita Blandish" de Ramón Dìaz Eterovic

El cuento gira en torno a Bonifacio Espejo, un detective privado apodado “Bazofia”. A diferencia de los clásicos detectives glamorosos, Espejo es grasa, desprolijo y bastante desencantado de la vida, pero conoce el oficio. Su oficina, ubicada en Franklin y San Diego, recibe ese día una visita inesperada: un hombre impecable y una mujer rica, la señora Arizmendi.

La pareja contrata a Bazofia para que investigue una posible infidelidad del marido de la señora. Aunque antes se resistía a casos de adulterio, Espejo hace tiempo que aceptó que la ética no paga las cuentas. Cobra veinte mil pesos diarios, más gastos, y se lanza al trabajo.

La rutina del caso lo lleva a vigilar al sospechoso, Francisco Arizmendi, quien trabaja en una oficina de Providencia. Con su mezcla de picardía e instinto, Bazofia se infiltra en la recepción y logra cortar el citófono para que la secretaria no pueda contactar a su jefe. Así consigue husmear en la agenda de Arizmendi, donde encuentra citas recurrentes en la llamada "Empresa Moltedo".

Sigue al sospechoso y lo ve entrar a un edificio. Lo sigue con discreción, y al mirar los buzones, descubre que el departamento donde entra pertenece a una mujer: la señorita Blandish. El detective se ilusiona con haber resuelto el caso… hasta que conoce a la mujer.

Cuando Espejo toca la puerta para verificar su identidad, queda impactado por la belleza de la señorita Blandish. Ella es una mujer deslumbrante, que lo desarma con una sonrisa. Desde ese momento, Bazofia cambia: ya no es el mismo. Empieza a preocuparse por su aspecto, se mira al espejo, trata de esconder su panza y se siente emocionalmente involucrado.

A pesar de sus sentimientos, Espejo decide cumplir su trabajo. Llama por separado a Arizmendi y a la señorita Blandish, fingiendo ser un secretario del otro. Los cita a ambos en el restaurante "Danubio Azul". Allí, en un rincón, el detective toma una foto justo cuando se besan, prueba perfecta del engaño.

Sin embargo, esa misma noche no puede dormir. Se siente sucio, arrepentido, conmovido por la figura de Blandish, y por primera vez en mucho tiempo, su trabajo le pesa. Al día siguiente, cuando los clientes regresan a buscar el informe, Espejo miente descaradamente: dice que no hay pruebas, que el marido es "inocente como una paloma blanca".

Después de despedirlos, rompe la fotografía y se refugia en un libro de Raymond Chandler, autor de policiales clásicos. Cierra el cuento con una frase que define al personaje:

“Todos los tipos duros son irremisiblemente tiernos de corazón.”

Bazofia, el detective marginal y cínico, ha sido vencido por la ternura.